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CARTA A ALFONSO JARAMILLO SOBRE TEMAS DE UNIDAD CAFETERA

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UNIDAD CAFETERA

Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

Manizales, 24 de octubre de 1998.

 

 

Señor Doctor

ALFONSO JARAMILLO S.

Bogotá

 

Apreciado Alfonso:

 

No me fue posible viajar a Bogotá en la fecha que le señalé. Pero muy seguramente voy a mediados de noviembre, para que ojalá conversemos con Usted y con Mauricio.

 

Entretanto, le envío algunos documentos que tienen que ver con la demanda que le pusimos por antidemocráticos a los estatutos de la Federación y una idea nueva que aprobamos en estos días sobre los impuestos cafeteros, asuntos los dos que ojalá pudiéramos trabajar conjuntamente. Unos son artículos que se publicaron en La Patria y en El Nuevo Día y otros resoluciones de la Junta Nacional de Unidad Cafetera. Le mando también copia de la demanda a los estatutos de la Federación, pero anotándole sobre ella que lo que de verdad interesa es lo que se plantea en los artículos y en los documentos de Unidad Cafetera.

 

Reciba nuestros saludos.

 

Atentamente.

 

 

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

 

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Contra la Corriente

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NO MAS IMPUESTOS CAFETEROS (*)

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

 

Según cifras de Roberto Junguito y Diego Pizano, entre 1990 y 1996, los gastos de Federación de Cafeteros, incluidos los de los comités departamentales, sumaron, en pesos de septiembre de 1998, más de 1.56 millones de millones de pesos, con un promedio anual de casi 223 mil millones. De ese monto, en el mismo lapso, las inversiones en obras públicas en zonas cafeteras ascendieron a más de 633 mil millones de pesos, lo que da un promedio de 90.450 millones de pesos anuales. El resto se gastó en asuntos que pueden considerarse de interés estrictamente gremial de los caficultores, tales como el funcionamiento de la oficina central de Bogotá, asistencia técnica, comercialización, diversificación, investigación, etc. También ilustra el descomunal aporte del sector a la infraestructura del país el que, hasta 1994, sus tributos contribuyeran en la construcción de 5.288 acueductos, 16.923 aulas escolares, 5.387 viviendas para maestros, 12.719 baterías sanitarias, 1.423 puentes vehiculares, 1.139 puentes peatonales, 12.882 kilómetros de carreteras. Así mismo, ayudaron a electrificar 204.739 viviendas y a mejorar 50.672 kilómetros de vías. El origen legal de casi todos estos recursos es hoy la Ley 9 de 1991, la cual ordena que para obras públicas vaya el 4.7 por ciento y para gastos gremiales el 2.7 por ciento del valor de los reintegros anuales por exportaciones de café.

 

Los gastos en obras públicas tienen origen en impuestos discriminatorios -porque solo gravan a los caficultores entre todos los colombianos- y regresivos -porque son gravámenes indirectos que golpean especialmente a los más débiles. Además, es bien notorio que esas exacciones sustituyen las que debieran ser inversiones oficiales de los diferentes niveles del gobierno.

 

Es obvio que si las sumas gastadas desde 1990 se hubieran aplicado, y en el futuro se aplicaran, a alivios de las deudas, créditos y rebajas de sus intereses, renovación de cafetales o lucha contra la broca, por ejemplo, la situación de muchos productores sería menos mala y se le daría un valioso respaldo tantos productores que sufren los mordiscos del hambre y que tienden hacia su ruina. Para hacerse a una idea de lo que le significarían a los cafeteros cerca de cien mil millones de pesos de más cada año y del calibre de su crisis, basta una comparación: según el ministro de hacienda, al 31 de julio pasado, el saldo de la totalidad de la deuda cafetera ascendía a apenas 212 mil millones de pesos, incluidos los 106 mil millones que están enredados desde antes de 1995.

 

Entonces, la propuesta es obvia: que se elimine el impuesto a los cafeteros destinado a obras públicas, de forma que esas enormes sumas se apliquen efectivamente a los cafetales. Y que ese cambio legal se complemente en dos direcciones. Que en la misma norma se establezca que el gobierno nacional reemplazará los dineros que hoy aportan los caficultores y que esas inversiones se seguirán haciendo a través de los comités departamentales de cafeteros, porque la idea no es que se debilite la inversión en infraestructura en las zonas cafeteras ni lanzar al desempleo a parte del aparato de la Federación. Y que también quede claro que no se propone eliminar las contribuciones parafiscales que respaldan de manera estricta las labores del gremio.

 

Esta reforma debe tramitarse por iniciativa de la presidencia de la república y en la actual legislatura del congreso para que sus beneficios lleguen a partir de 1999, un año que podría marcar el inicio de la fase más aguda de la crisis del café si se configura -y es muy probable que se configure- un profundo desbarajuste de la economía mundial, el cual podría tener efectos para los cafeteros iguales o peores que los que sufrieron como consecuencia del desastre que se inició en 1929, cuando los precios externos del café llegaron a niveles ínfimos, a pesar de que el Brasil quemó y botó al mar ochenta millones de sacos del grano en esa década.

 

Si antes era injustificable -y seguramente hasta inconstitucional- que los recursos de los empobrecidos cafeteros se gastaran en lo que no se debía, seguirlo haciendo podría ser un auténtico suicidio. Ojalá los diversos analistas, el gobierno nacional y la dirigencia de la Federación respalden una propuesta que tiene, a no dudarlo, toda la sensatez.

 

(*) Artículo para los periódicos La Patria y el Nuevo Día.

 

Manizales, 21 de octubre de 1998.

 

__________________________________________UNIDAD CAFETERA

Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

SOBRE LOS IMPUESTOS CAFETEROS

 

La Junta Nacional ampliada de Unidad Cafetera, reunida en Manizales el 22 de Octubre de 1998 y

 

CONSIDERANDO

 

Que continúa el agravamiento de la situación de los caficultores, víctimas de los bajos precios del grano, los altos costos del control de la broca, el envejecimiento de los cafetales, la grave disminución del crédito, las altas tasas de interés y las deudas impagables.

 

Que la gravedad de la crisis la ilustra que el 40 por ciento de los cafetales del país tenga más de nueve años de sembrado y que el saldo de la totalidad de la deuda bancaria de los 566 mil cafeteros colombianos apenas ascienda a 212 mil millones de pesos, 105 mil 900 millones de los cuales tienen origen en créditos aprobados antes de 1995.

 

Que luego de diez años de crisis ni los gobiernos ni las autoridades cafeteras han tomado una sola iniciativa que tienda a resolver el peor desastre de la historia de la caficultura y que lo único de importancia que ha favorecido al sector, la condonación de la deudas, fue el producto de la larga lucha de los cafeteros colombianos.

 

Que la tendencia de los precios internacionales a la baja y el aumento de los costos y la disminución de la producción permiten pensar que los años que vienen podrían ser los peores de la crisis que se padece, con esta realidad agravada por el que parece ser el inexorable desbarajuste de la economía mundial.

 

Que entre 1990 y 1996 -años para los que se tienen cifras oficiales- del Fondo Nacional del Café salieron, en pesos de septiembre de 1998, 633 mil millones de pesos para inversiones en obras públicas, con un promedio anual de 94.450 millones de pesos, en evidente sustitución de las responsabilidades oficiales.

 

Que si esta enorme suma que se ha gastado en obras públicas se hubiera invertido en los cafetales en estos años de profunda crisis, menos grave sería la situación de tantos cafeteros.

 

Que esas inmensas sumas tienen origen en la Ley 9 de 1991, la cual grava de manera regresiva y discriminatoria a los cafeteros, quienes, además, también pagan todos los impuestos que pesan sobre los restantes colombianos.

 

RESUELVE

 

Solicitar al presidente de la república, Doctor Andrés Pastrana, quien tiene la iniciativa legal, proponer ante el congreso de la república la modificación de la Ley 9 de 1991, en los siguientes términos:

 

Que se elimine el impuesto del 4.7 por ciento del valor de los reintegros cafeteros que en la actualidad se gastan en obras públicas, para que esos dineros se puedan invertir directamente en los cafetales, en solución a los problemas de deudas, créditos baratos, subsidios al control de la broca y renovación de los cafetales.

 

Que en la misma ley se disponga que esas sumas que ya no aportarían los cafeteros las aportará el gobierno nacional, de forma que no disminuyan las inversiones en obras públicas en las zonas cafeteras.

 

Que también se señale que estos aportes del presupuesto nacional se invertirán a través de los comités departamentales de cafeteros.

 

Que se deje claro en la ley el mantenimiento del gravamen parafiscal del 2.7 por ciento del valor de los reintegros cafeteros destinado a las instituciones cafeteras en respaldo a la comercialización y producción del grano.

 

Invitar a todas las fuerzas vivas de la nación a que respalden estas justas peticiones.

 

Llamar a todos los caficultores y miembros de Unidad Cafetera para que participen activamente en la campaña nacional que realizaremos para sacar adelante esta propuesta.

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

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Contra la Corriente

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ELECCIONES EN LA FEDERACION

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

 

El Artículo 43 de la Ley 188 de 1995 les ordenó a las organizaciones que manejan recursos parafiscales -como la Federación de Cafeteros- “elegir sus representantes y directivos por medios democráticos, incluyendo los mismos adoptados por la rama del poder legislativo”. Entonces, alguien cometió el exabrupto de demandar por inconstitucional dicha norma. Pero la Corte Constitucional no solo rechazó esa  demanda sino que recordó que eso ya se lo había ordenado a la Federación la Ley 66 de 1942, cuando le exigió la aplicación del “sistema de cuociente electoral para garantizar una representación equitativa”. Y, abundando en razones, la Corte también explicó que ese principio lo señala la Constitución de 1991, en desarrollo de “uno de los más viejos y clásicos principios del constitucionalismo”, que indica que como “solo los órganos plurales de representación popular pueden establecer impuestos”, es apenas natural “que se exijan mecanismos de representación democrática en la elección de los directivos de las entidades encargadas de manejar recursos parafiscales”.

 

Así, no faltaron quienes pensaron que por fin iba a haber elecciones democráticas en la Federación de Cafeteros. Pero su reforma estatutaria de 1996 se redactó de forma que fuera imposible aplicar la Constitución, la Ley 188 de 1995 y el fallo C-191-96 de la Corte Constitucional. El truco consistió en aplicar el sistema de cociente electoral solo en las elecciones de comités municipales -donde según las normas no se decide nada-, en tanto que para la elección de los poderosos miembros de los comités departamentales y del Congreso Cafetero se creó un sistema de seis circunscripciones por departamento que eligen una persona cada una, con el obvio propósito de no permitir la representación democrática de los diferentes puntos de vista que existen entre los cafeteros. Es tan excluyente el sistema, que podría suceder que los candidatos de una corriente de productores sacaran el 49 por ciento de los votos de todos los caficultores del país y no eligiera un solo miembro a un comité departamental, ni un solo delegado al Congreso Nacional Cafetero.

 

Alguien dijo que lo que sucedía era que la Federación aplicaba la democracia inglesa. Y hasta así será, pero estamos en Colombia y no debe olvidarse que en Inglaterra hay tanta democracia… que hasta reina tienen.

 

Además, la reforma estatutaria también eliminó la idea democrática de “por cada cafetero un voto”. Los comités departamentales y los delegados al Congreso Cafetero no se elegirán en proporción con el número de caficultores, sino en función de la producción de cada municipio, mediante el establecimiento de unos derechos abiertamente desiguales que tienen origen ideológico en los criterios que se aplican en las elecciones de las juntas directivas de las sociedades anónimas. Por ejemplo, los muchos cafeteros de todo el oriente de Caldas quedaron con el derecho a elegir un representante, en tanto los pocos de Chinchiná y Villamaría también pueden escoger uno.

 

Pero así sea notorio que las elecciones cafeteras se organizaron para hacer muy difícil que lleguen a sus organismos directivos claves productores que no pertenezcan al “oficialismo” de la Federación, sería bueno que en ellas se participara ampliamente. Que los caficultores luchen por elegir representantes que no traguen entero, que sean capaces de pensar con independencia, que no les dé pena o miedo expresar sus desacuerdos y que, sobre todo, tengan claro que a esos organismos no se debe ir, principalmente, a hablar de obras públicas sino de precio, deudas, créditos, broca y los demás temas que definen la suerte de la producción.

 

Coletilla: Que los funcionarios de los comités de cafeteros no intriguen ni presionen en las elecciones del próximo 26 de septiembre. La democracia también exige la más absoluta neutralidad de los que tanto poder tienen en el manejo de los muchos recursos del aparato cafetero.

 

Manizales, 18 de agosto de 1998.

 

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Contra la Corriente

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NO PELEAR CON LA DEMOCRACIA

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

 

La demanda a los estatutos de la Federación de Cafeteros le significó al suscrito ser acusado de atentar contra los recursos del Fondo Nacional del Café que le llegan a Caldas. Pero eso no es cierto. Veamos por qué y veamos en qué consiste toda la petición:

 

En ella se pide que el presidente de la república no sea el que, en últimas, escoja al gerente de la Federación, sino que lo seleccionen solos, sin injerencias oficiales, los delegados al congreso cafetero. También se busca que los miembros de los congresos cafeteros no tengan que votar por departamento, en manada, sino que cada uno pueda decidir libremente, según su leal saber y entender. Es obvio que esto no atenta, de ninguna manera, contra los intereses de Caldas.

 

Para analizar el tema que ha servido de pretexto a unas acusaciones infundadas hay que empezar por decir que, sin importar los detalles de los estatutos de la Federación, no existe ni la menor posibilidad de que a Caldas, o a cualquier departamento, le lleguen recursos del Fondo del Café que no sean proporcionales a los que sus caficultores aportan a ese Fondo. Y no es posible porque se trata de recursos definidos por la Constitución como parafiscales, es decir, que se recaudan para serle devueltos, de una u otra manera, a los mismos que los aportan. Y esa proporcionalidad también es la base de los aportes a cada municipio. Además, ¿por qué va a perder poder Caldas si su comité departamental y sus delegados al congreso cafetero se eligen mediante el sistema democrático del cuociente electoral como lo ordena la Ley 188 de 1995?

 

Tampoco es cierto que si en Caldas hay una sola circunscripción electoral en vez de seis para elegir su comité departamental y sus delegados al congreso cafetero, se produciría un desastre. Si así fuera, el desastre se habría producido desde hace 70 años, porque es la primera vez, desde 1927, que los miembros de los comités departamentales se eligen de seis circunscripciones. Siempre, hasta hoy, según los estatutos de la Federación, se eligieron de una sola circunscripción, así hubiera la costumbre de hacer listas con candidatos de las distintas zonas del departamento. Y nada impediría que esa costumbre se mantuviera.

 

Por otra parte, y así se gane la demanda y se aplique la ley y la Constitución, no es imposible conciliar la aplicación de la democracia con las diferencias de producción por departamento a la hora de tomar decisiones en los congresos cafeteros y de elegir sus representantes en el Comité Nacional. Como las diferencias de producción existen, ese es un hecho que puede generar consecuencias. Pero también debiera aceptarse que si esa realidad se utiliza como pretexto para no buscar lo democrático en la elecciones departamentales se cae en un error. Una actitud positiva para resolver esta contradicción la expresan los propios estatutos de la Federación cuando se trata de elegir los comités municipales. En este caso, a pesar de las diferencias que hay entre las distintas veredas, hay una sola circunscripción y se aplica el cuociente electoral. Esa actitud sensata también es evidente, si se quiere entender, cuando a nadie se le ha ocurrido proponer que la diferencia de producción a la hora de votar se le aplique a cada cafetero, a pesar de que hay unos que producen millares de arrobas y otros unas pocas.

 

El llamado, entonces, es a no extremar las posiciones de los contradictores llevándolas al absurdo, sino a que se acepte que son mejores los sistemas eleccionarios diseñados para buscar la democracia, que los calculados para negarla o rebajarla. Y a que, con esa lógica, se definan mecanismos que concilien, de la mejor manera, democracia y producción departamental, para que a la Federación de Cafeteros puedan entrar los diferentes puntos de vista que existen sobre los asuntos del café y para que concluya el hecho antinatural de imponer una unanimidad que se sabe no existe. Y esto, no hay duda, es mejor para los intereses de los caficultores caldenses y colombianos que el sistema que padecen.

 

Manizales, 28 de septiembre de 1998.

 

                                                                                     UNIDAD CAFETERA

Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

SOBRE LOS ESTATUTOS DE LA FEDERACION DE CAFETEROS

 

La Junta Nacional Ampliada de Unidad Cafetera, reunida en Manizales el 22 de octubre de 1998 y

 

CONSIDERANDO

 

Que el Artículo 43 de la Ley 188 de 1995 le ordenó a la Federación Nacional de Cafeteros utilizar el sistema de cuociente electoral para elegir los miembros de los comités departamentales y los delegados a su Congreso Nacional. Y que la Corte Constitucional, en el fallo C-191-96, encontró ajustado a la Constitución Política de Colombia dicho mandato imperativo.

 

Que el Congreso Nacional de la Federación de Cafeteros de 1996 reformó sus estatutos, pero que esa reforma se hizo con el propósito evidente de desconocer lo ordenado por La Ley 188 de 1995.

 

Que ante esta situación el Coordinador Nacional de Unidad Cafetera, Doctor Jorge Enrique Robledo Castillo, en acción de cumplimiento, le solicitó al Gerente de la Federación, Doctor Cárdenas Gutiérrez, ajustar los estatutos de la Federación en consonancia con la Constitución y la ley.

 

Que altos burócratas de la Federación han intentado ocultar la antidemocracia de esos estatutos mediante interpretaciones tendenciosas de la acción de cumplimiento interpuesta, afirmando que con ella se pretende desconocer los volúmenes de producción departamentales y que se amenazan las partidas del Fondo Nacional del Café que le llegan a cada departamento.

 

Que el Doctor Cárdenas Gutiérrez, en su negativa a aceptar la acción de cumplimiento interpuesta, afirmó que la modificación de los estatutos de la Federación no era de su competencia.

 

Que lo que sigue legalmente es llevar la demanda de los estatutos ante cualquier tribunal de lo contencioso administrativo, para que se falle de manera definitiva sobre ella.

 

RESUELVE

 

Insistir en que los estatutos de la Federación de Cafeteros violan de manera evidente y contumaz lo ordenado por las leyes de la república.

 

Reafirmar que la demanda no busca desconocer las diferencias de producción departamentales ni mucho menos amenazar los recursos del Fondo Nacional del Café que le llegan a cada departamento, partidas que, por lo demás y por ser recursos parafiscales, tienen que ser devueltas de manera proporcional a las regiones que las aportan.

 

Autorizar al Coordinador Nacional de Unidad Cafetera para que continúe con la demanda de los estatutos ante la instancia que sea del caso, si el Congreso Nacional Cafetero de diciembre de 1998 no modifica los estatutos de la Federación en el sentido de establecer circunscripciones departamentales y aplicación del sistema de cuociente electoral para elegir los comités departamentales y los miembros de los congresos cafeteros.

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

                                                                                     UNIDAD CAFETERA

Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

SOBRE LA UNIDAD GREMIAL DEL SECTOR AGROPECUARIO

 

La Junta Nacional Ampliada de Unidad Cafetera, reunida en Manizales el 22 de octubre de 1998 y

 

CONSIDERANDO

 

Que la aplicación del modelo neoliberal golpea a los cafeteros y a todos los productores agropecuarios de todos los tamaños y que en esa estrategia definida por la banca internacional son especialmente perniciosas las importaciones de productos del agro.

 

Que la quiebra del sector agropecuario genera grandes sufrimientos a la población localizada en las poblaciones y áreas rurales de Colombia y entorpece el desarrollo de la economía urbana.

 

Que de continuar esta política se reducirá al mínimo la producción alimentaria nacional, con lo cual Colombia perderá definitivamente su seguridad alimentaria.

 

Que cualquier país que pierda su seguridad alimentaria queda sometido a los chantajes que le quieran imponer los  monopolios y los imperios que controlan el comercio internacional de comida.

 

RESUELVE

 

Repudiar la política neoliberal de desprotección y brutal debilitamiento de la producción agropecuaria nacional, como lo demuestra que en la apertura las importaciones de productos del agro haya pasado de 700 mil a cinco millones de toneladas.

 

Autorizar a la dirección nacional de Unidad Cafetera para que prosiga con sus gestiones tendientes a unificar los reclamos de las organizaciones del agro nacional, dentro de las orientaciones definidas por el Congreso Nacional de Unidad Agropecuaria realizado en Pereira en 1997.

 

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

                                                                                     UNIDAD CAFETERA

Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

 

SOBRE LOS EMBARGOS Y REMATES DE LAS FINCAS CAFETERAS

 

La Junta Nacional Ampliada de Unidad Cafetera, reunida en Manizales el 22 de octubre de 1998, y

 

CONSIDERANDO

 

Que el Bancafé y la Caja Agraria continúan con su política de acosar a los caficultores endeudados, trasladando al cobro judicial las obligaciones y haciendo embargos y remates.

 

Que si los caficultores no han podido atender sus pagos a los bancos es por la gravedad de la crisis que padecen y porque el gobierno nacional y las autoridades cafeteras no ha producido las medidas necesarias para sacarlos de sus estado de postración.

 

Que la política del Bancafé y la Caja Agraria en nada contribuye con la reactivación del sector y si lo socava en materia grave.

 

RESUELVE

 

Rechazar de manera enfática los procesos judiciales, embargos y remates contra las propiedades de los caficultores.

 

Exigir al gobierno nacional y a las autoridades cafeteras las medidas que sean necesarias para resolver el problema de las deudas bancaria de los cafeteros entrampados.

 

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

 

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SOBRE LA EXTORSION A LOS CAFETEROS Y A LAS GENTES DEL AGRO

 

La Junta Nacional Ampliada de Unidad Cafetera, reunida en Manizales el 22 de octubre y,

 

TENIENDO EN CUENTA

 

Que en muchas regiones cafeteras y agropecuarias del país los productores están siendo sometidos a diferentes tipos de extorsión.

 

Que este nuevo “impuesto” también contribuye con la grave crisis que padecen los cafeteros y todo el sector agropecuario producto de las políticas neoliberales que han arruinado a tantos y que ha reducido de manera considerable los ingresos de los sobrevivientes.

 

Que estos atropellos están desterrando de la producción cafetera y agropecuaria a muchos compatriotas, con las graves consecuencias que esto le trae a toda la nación.

 

RESUELVE

 

Repudiar cualquier mecanismo de coacción en contra de los cafeteros y de los productores agropecuarios.

 

Llamar a que cesen las extorsiones en contra de los cafeteros, los productores del agro y cualquier colombiano.

 

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

 

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Manizales, Carrera 23 Nº 20-29 Of. 508, tel. 801661, Fax. 968-830953

 

Manizales, 22 de octubre de 1998.

 

Señor Doctor

ANDRES PASTRANA ARANGO

Presidente de la República de Colombia

Bogotá

 

Señor Presidente:

 

El pasado 10 de agosto de 1998, el Coordinador Nacional de Unidad Cafetera, Doctor Jorge Enrique Robledo, le envió a Usted una carta en la que, en los siguientes términos, le recordó una de sus promesas electorales:

 

En artículo titulado “Una propuesta cafetera”, y distribuido por Colprensa el 8 de mayo de 1998, el Doctor Juan Camilo Restrepo citó lo ofrecido por Usted sobre deudas cafeteras en los siguientes términos:

 

“Aunque en los últimos años se han hecho esfuerzos por aliviar la deuda de los pequeños cafeteros, aún quedan saldos gravosos que siguen recargando la ya bien difícil situación de los empresarios cafeteros. Al tema del alivio de la deuda hay que seguirle trabajando con decisión pero con responsabilidad.

 

El saldo de la deuda (principal e intereses) que estaba contraída a diciembre de 1994 y que no alcanzó a beneficiarse de los alivios legales aprobados por el congreso asciende en la actualidad, en cifras redondas, a 160 mil millones. Los intereses moratorios y corrientes de esta deuda representan 60 mil millones y el principal 100 mil millones.

 

Mi propuesta en esta materia es la siguiente: los intereses acumulados de esta deuda (es decir, 60 mil millones de pesos) serán absorbidos por el Fondo Nacional del Café. Y el pago de los principales (es decir, 100 mil millones) serán reprogramados a diez años, con un interés no superior al 18 por ciento.

 

Para las deudas contraídas con posterioridad a diciembre de 1994 también se buscarán modalidades de reducción en el monto de los intereses y ampliación de plazos”.

 

Y en esa carta también se le solicitó que los recursos del alivio a las deudas ofrecido por Usted salieran del presupuesto nacional, que le diera un tratamiento igual al de las deudas de antes de 1995 a los préstamos de los años siguientes y que atendiera con seriedad los restantes y graves problemas de los cafeteros colombianos.

 

Pero la misiva del Coordinador Nacional de Unidad Cafetera no solo no fue respondida, sino que, el 8 de septiembre pasado, el Ministro de Hacienda, Doctor Juan Camilo Restrepo, en informe enviado al senado de la república, afirmó que “alivios (a las deudas cafeteras) adicionales a los ya aplicados (por la administración Samper) son altamente regresivos”, con lo que, sin duda, asumió la responsabilidad de desconocer desde el gobierno las promesas que Usted hizo como candidato.

 

Ante estos hechos, Unidad Cafetera le expresa su repudio a la posición del Doctor Restrepo del 8 de septiembre pasado y le solicita a Usted el cabal cumplimiento de sus ofertas electorales.

 

En espera de que esta carta sí cuente con la cumplida respuesta de su administración, reciba nuestros saludos.

 

Atentamente.

 

 

 

Jorge Enrique Robledo Castillo

Coordinador Nacional

Junta Nacional Ampliada de Unidad Cafetera