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Protesta del Senador Robledo

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Jorge Enrique Robledo, Senador del Polo Democrático Alternativo, Publicado por El Espectador en “Cartas de los lectores” el 23 de septiembre de 2008 con lo siguiente.

De la manera más enfática rechazo que en El Espectador del 18 de septiembre de 2008, en una crónica sobre las universidades y sin rectificación posterior, se vinculara el nombre del “senador Jorge Robledo” con “seguidores de las Farc” que “apoyan la lucha armada”. Es inconcebible que la autora de la crónica ignore tanto sobre una persona de la que puede informarse con facilidad y con la que no cumplió con el deber periodístico de pedirle su opinión antes de denostarlo.

Como es sabido, o puede saberlo quien lo desee, el Polo Democrático Alternativo consagró en su programa constitutivo, y lo ha reiterado en incontables declaraciones, que no estamos de acuerdo con la lucha armada. En mi caso, como también se sabe, llego al Polo con el MOIR, organización que desde que nació en la década de 1960 ha rechazado la lucha armada. Luego ni siquiera pertenezco al grupo de los que, en buena hora, decidieron rectificar y abandonaron las armas o dejaron de aplaudir su uso.

Ahí están, además, mis cuatro décadas de lucha política y social, seis años en el Senado, una decena de libros, centenares de artículos, un gran número de debates e incontables declaraciones verbales, con los que reto a que se muestre aun cuando sea una frase siquiera con la que yo haya justificado la lucha armada.

A mi juicio, la confusión de su reportera tiene una explicación que es más grave que la infamia de la que fui víctima: la extrema derecha colombiana quiere crear un ambiente general de mentira en contra de quienes defendemos el programa de izquierda democrática del Polo, tachándonos de “radicales”, calificativo al que, para desacreditarnos con infundios, asocia con la lucha armada. Esto porque, en su extremismo, la única izquierda que está dispuesta a tolerar es la que sea de derecha, es decir, que respalde o por lo menos no se oponga al “libre comercio”, la pérdida de la soberanía y la falsa democracia, entre otras políticas retardatarias, de forma que en la competencia política corran varios caballos, pero que todos sean del mismo dueño.

Nota de la Dirección de El Espectador: Absolutamente justificada la protesta del senador Robledo, como quedó aclarado al día siguiente en la misma sección donde apareció el recuadro de la nota sobre las universidades.