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Para Robledo la supervivencia del Polo depende de la coherencia política: ’Santos implementará su programa de derecha’

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Entrevista-El-Espectador-22-06-2014Entrevista de Felipe Morales Mogollón, El Espectador, Bogotá, junio 22 de 2014

Ni la apuesta por la paz evitó que el senador Jorge Enrique Robledo dejara de lado su férrea oposición al gobierno Santos. Asegura que el hecho de que un sector de la izquierda apoye al presidente no lo convertirá en un demócrata.

El senador Jorge Enrique Robledo ha sido la punta de lanza de la oposición al gobierno de Juan Manuel Santos, al punto que con sus debates causó la salida del embajador en Estados Unidos Carlos Urrutia y del ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán. Asegura que se mantendrá firme y que el futuro del Polo Democrático depende de los colombianos entiendan no está con quienes le hacen daño al país.

¿Para usted qué representa un segundo gobierno del presidente Juan Manuel Santos?

Retardatario, regresivo, que no representa los intereses de la nación, abiertamente de derecha, aun cuando intente disfrazarse. Le hace daño a la industria, a la educación, al agro, al empleo, a la salud; un gobierno que concentra la riqueza y se somete a intereses extranjeros. Santos va a implementar su programa de derecha y no hagan ilusiones de que porque algunos de izquierda votaron por él va a convertirse en un demócrata.

¿Por qué dice que Álvaro Uribe y Santos son lo mismo?

Representan los mismos intereses. Por asuntos de tiempo o personalidad puede haber diferencias, pero es obvio que son caimanes de la misma charca. Por eso no recomendaría poner el brazo al alcance de ninguno.

El Polo Democrático siempre le ha apostado a la paz, ¿por qué usted no apoyó a Santos y su proyecto?

Cuando el Polo se creó dijo: no a la lucha armada y sí a un proceso de paz, pero otra cosa es que aceptemos que utilicen el anhelo de paz para excluir temas de extrema gravedad.

¿A qué temas se refiere?

Tenemos inmensos desacuerdos en temas como soberanía nacional, industria, agro, empleo, salud, educación, concentración de la riqueza, desnacionalización de la riqueza y medio ambiente. Mi posición, desde el gobierno de César Gaviria, ha sido crítica porque implantan las formulas del Consenso de Washington, las del neoliberalismo.

¿No es posible la paz si no se trabaja en esos temas sociales?

No, eso ni pensarlo. Yo creo que sí puede haber paz aun cuando estos asuntos no se resuelvan. Es más, cuando le deseo éxito al proceso no es porque yo crea que se van a solucionar los problemas de fondo, pero si desaparecen miles de armas y quienes hoy las usan pueden regresar a la vida civil, se facilitarán las condiciones para la lucha política y social.

¿No cree que los avances logrados en los diálogos de La Habana merecen reconocimiento?

Son muy importantes y quiero que termine con éxito pronto. Lo que no quiero que Santos convierta a la paz en la carnada con la cual oculta sus medidas derechistas. Él está haciendo lo mismo que Gaviria, cuando se aprovechó de la euforia de la paz con el M-19 para generar la falsa ilusión de los cambios, y mientras tanto impuso el modelo neoliberal de la apertura y la privatización.

¿Qué les responde a quienes lo califican de radical y enemigo de la paz por esas posturas?

Es un engaño. Yo vengo de un sector de la izquierda que nunca se alzó en armas. Si alguien ha sido amigo de la paz he sido yo, pero no se puede utilizar como un pretexto para empujar a los colombianos a una resurrección del bipartidismo, que tanto mal nos ha hecho.

En el gobierno Uribe lo acusaron de farcpolítica y en el de Santos lo acusaron de estar detrás de los paros agrarios. ¿No será que su postura es revanchista?

Ellos mienten. En los paros, el presidente Santos usó esas calumnias para cobrarme por la renuncia del embajador en Estados Unidos, su amigo Carlos Urrutia, porque destapé un escándalo de corrupción espantoso. Con Uribe fue igual, se trató de un prevaricato evidente del procurador Alejandro Ordóñez para cobrarme mi oposición.

Su posición le generó diferencias con Clara López, ¿es una ruptura definitiva?

No. En el Polo se está adelantando un debate con respecto a lo que pasó, porque la forma como Clara le dio el respaldo a Santos cayó muy mal. Esto debe tratarse con un debate serio que concluya en que ratificamos que somos oposición de verdad.

Debate interno que puede terminar dividiendo al partido…

Lo estoy haciendo con altura. El mensaje que quedó es que el Polo apoyó la reelección y el futuro nuestro depende de que los colombianos entiendan que no somos un partido que se va detrás de quienes tanto mal le hacen al país.

Por cierto, dicen que la decisión de Clara fue por un posterior apoyo de Santos a la alcaldía de Bogotá…

Nos dijo que nunca se reunió con Santos para buscar acuerdos, que su voto era libre y tenía que ver con el apoyo a la paz. Espero que sea cierto. En el Polo se aprobó por unanimidad que seríamos oposición. Hay un mandato que pedimos que se respete sin blandenguerías.

Dicen que los polos opuestos se atraen, ¿la oposición suya a Santos lo acerca al expresidente Uribe?

Subráyelo: el Polo no hará alianza con el Centro Democrático. Podría pasar que observemos las propuestas del Gobierno y tomemos nuestra posición y si otros sectores asumen una similar es otra cosa. En el gobierno de Uribe nunca hicimos una alianza con el liberalismo pero coincidimos en algunas cosas.

Siendo el Polo el partido más grande de izquierda, ¿no debería meterse en el tema de la paz, incluso abriendo las puertas para quienes dejen las armas?

Somos partidarios del proceso de paz, pero permitamos que lo hagan quienes están armados. El Polo no debe entrometerse y pretender que ese proceso se haga como pensamos. Hay que ser respetuosos.

Hoy se ve una nueva izquierda que está emergiendo, aparte del Polo. ¿Podría implicar su aislamiento?

Pido que nos permitan ser el Polo, porque es realmente molesto que la derecha y otros sectores se la pasen dictando la plana. Si no pensamos como ellos se ponen bravos y si tengo un punto de vista distinto me matonean. El que quiera dirigir el partido que pida afiliación. No puede ser que nuestros contradictores o enemigos nos digan que hacer.