Inicio Biblioteca Documentos de Apoyo Saludcoop: el mayor asalto al patrimonio público

Saludcoop: el mayor asalto al patrimonio público

625

Apartes de la intervención del senador Jorge Enrique Robledo, plenaria del Senado, 2 de septiembre de 2014.

Cómo se embolsilló Saludcoop la plata de la salud

Antes de examinar el caso de Saludcoop, hagamos una explicación clave. La plata de la salud, la UPC para pagar el POS, es un recurso parafiscal. ¿Qué quiere decir recurso parafiscal? Es una plata que una parte de la sociedad destina como una especie de impuesto para un gasto específico en beneficio solo de esa parte de la sociedad. El caso más conocido, porque es muy viejo, el del Fondo Nacional del Café. Los cafeteros pagan una contribución y allí el Fondo les guarda una plata que solo se puede usar en beneficio de los cafeteros. La administra la Federación de Cafeteros, pero no como dueña de la plata. Si la Federación se la llega a embolsillar, termina violando la ley y la Constitución. ¿Qué es lo que hace la Federación de Cafeteros? Cobrar una plata por administrar esos recursos, pero una plata es la del Fondo Nacional del Café, el patrimonio del Fondo, y otra distinta la de la Federación Nacional de Cafeteros, y las dos no se pueden revolver. Pongo el ejemplo del café y de la Federación porque es conocido, pero también funciona con el Fondo Ganadero y otras instituciones similares.

Es el caso de la salud. Sus recursos son fondos parafiscales administrados por las EPS, pero ellas no se los pueden echar al bolsillo. Esos son recursos sagrados, lo han dicho la Corte Constitucional, el Consejo de Estado, la Contraloría. Una cosa es la plata de la salud y otra el patrimonio de las EPS. Lo máximo que pueden hacer las EPS es sacar al final del ejercicio una utilidad sobre la administración de esos recursos. La utilidad sí la pueden pasar a su patrimonio y gastársela en lo que quieran. Suelo decir que con esa plata —no con la de la salud—, las EPS podrían comprar hasta un burdel en Nueva York. Repito, no con la de la salud, sino con la que ya se ha convertido en utilidad después de haber administrado, se supone que honrada y eficientemente, la plata de la salud.

Qué es lo que ha pasado. Que sea ido imponiendo la idea, como lo que hace Saludcoop, de que la EPS se puede embolsillar la plata de la salud, no como utilidad, sino tomándola directamente. No lo denuncia el senador Robledo. Está resuelto legalmente. En el 2010, el supersalud, Mario Mejía, le impuso una sanción a Saludcoop ordenándole devolver 300 mil millones de pesos de plata de la salud que Saludcoop se había gastado en otros rubros. Y además le ordenó no pagar 300 mil millones de pesos en deudas de inversiones que Saludcoop había hecho en negocios que no eran de la salud. Saludcoop no podía invertir con la plata de la salud. Podía comprar con su plata, pero no con la UPC, porque la UPC solo paga medicamentos, médicos y profesionales de la salud, procedimientos quirúrgicos y hospitalarios y la administración propia de lo que llaman el acto médico.

¿Qué compró Saludcoop con plata de la salud? 28 clínicas, por 109 mil millones, 14 lotes, una inversión en el Río Grande Country Club, la Lavandería Impecable y Saludcoop México. Cómo pueden justificar que la plata de la UPC se puede invertir en clínicas o en una EPS en México. Alguien dirá que porque eran clínicas. No, no pueden ser compradas, porque la UPC solo paga médicos, medicamentos, procedimientos y administración. Entonces, cuando Saludcoop compra una clínica, lo que está es quitándoles la plata de la salud a los colombianos y pasándola directamente a su patrimonio, porque la clínica queda a nombre de Saludcoop, no a nombre de los colombianos. Y si el día de mañana quiere Saludcoop venderla, y vuelvo con mi cuento, e invertir con la plata de los colombianos en un club campestre o en un burdel en Nueva York, no lo puede hacer. Lo dejó perfectamente demostrado el superintendente de esos días.

La maniobra de Santos con Conrado Gómez

Y aquí ocurrió uno de más graves atentados hechos por el presidente Juan Manuel Santos en contra del sistema de salud. Y es que el nuevo superintendente de Salud, Conrado Adolfo Gómez, llega a la Superintendencia y lo primero que hace es sacar a los técnicos que habían adelantado la investigación contra Saludcoop, por lo demás compleja. Y pocos días después, Saludcoop le pide a Gómez echar para atrás la sanción. Y pocos días después el Superintendente acepta que se eche atrás la sanción. Por supuesto, hay apelaciones, pero hago corto el cuento. Lo que termina sucediendo es que el intento de reculada del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, del supersalud Conrado Gómez y del ministro de Salud de esos días les falla porque el Tribunal Superior de Cundinamarca les ordena en una sentencia no recular y les dice: esa plata es de la salud y Saludcoop no se la podía haber gastado como si fuera propia. Se apela al Consejo de Estado y queda en firme lo de la anterior Supersalud. El hecho es que esa plata se la estaban, me excusan la palabra pero es la precisa, robando. En total, 600 mil millones de pesos: 300 mil que ya se habían embolsillado y otros 300 mil que iban a ir pagándoles a los bancos por el camino por esas intervenciones.

La Supersalud dejó además en firme tres cosas claves para lo que sigue. Primero, le ordenó a Saludcoop restituirle al sistema de salud la plata ya gastada, 300 mil millones, plata de la salud. Y le advirtió además que en el futuro no podía incurriendo en este tipo de malas prácticas. Y además, que no podía seguir pagando esas deudas con plata de la salud, sino que tenía que hacerlo con recursos propios. O sea, los otros 300 mil millones no los podía cubrir con la plata de la salud de los colombianos, sino que tenía que hacerlo con su propio peculio. Verá Saludcoop de donde los saca, si de sus propias utilidades o trae plata de otros negocios.

Como si fuera poco, la CGR hace el mismo ejercicio. Este que les acabo de mencionar fue un ejercicio sobre 4 años, 2004-2008. El de la CGR es un ejercicio que se hace sobre el periodo 1998-2010 y encuentra el mismo procedimiento, y es muy simple: demuestre cuánta plata es suya y cuánto ha invertido y lo que usted no pueda demostrar que es suyo es plata de la salud. Hechos de aritmética simple. Y la CGR condena a Saludcoop a devolver 1,4 billones de pesos, que Saludcoop se ha embolsillado, en parte porque ya se los embolsilló y en parte porque los está pagando. Yo diría que este es el asalto al patrimonio de los colombianos más grande la historia de Colombia. Porque aquí hay otros escándalos donde se habla de billones de pesos, pero que necesariamente lo perdido no son billones, pueden ser 50, 100 mil. Aquí estamos hablando, dice la CGR, de 1,4 billones de pesos perdidos.

¿En qué se gastó la plata Saludcoop? Por ejemplo, en clínicas: una en Medellín, otra en Bucaramanga y otra en Pasto y suman más o menos 20 mil millones de pesos. Se aprueba en un acta de junio del 2001 invertir en Ecuador 800 mil dólares. ¿Por qué invertir plata de la salud de los colombianos en Ecuador? Se hace una negociación con Cruz Blanca para comprar a Cafesalud, o sea, para que la EPS Saludcoop compre otra EPS. No podía hacerlo, porque la plata de la UPC no es para eso, es solo para salud. Pero bueno, le autorizaron invertir entre 10 y 13 millones de dólares. Una plata importante para invertir en el Gimnasio los Pinos. A mí me encanta la educación, pero la plata de la salud no es para hacer aulas en los colegios. Le autorizan también a Saludcoop para asociarse con Cruz Blanca, Cafesalud y Salud Total para montar negocios de medicamentos y ese tampoco puede ser el destino de los recursos de la salud. Al final compra la EPS Cafesalud y le gastan de plata de la salud, de la plata de los colombianos, 25 millones de dólares. Y en esa misma operación, Palacino se ufana de que ahí también ellos se compraron a Epsifarma, a Epsiclinicas, a Epsiméd, empresas que nada tienen que ver con el asunto preciso del POS y de la UPC. También aprueban en esa misma acta endeudamiento hasta por 25 millones de dólares para otro tipo de negocios. Se crea una prepagada en México que costó 7 millones de dólares. Para el Gimnasio los Pinos aparecen otros 7 mil millones de pesos. 92 mil millones nuevos en clínicas. Se reúne el consejo de administración en Singapur, en un hotel de altísimo lujo, y se fueron hasta allá a decidir la compra de un edificio por 72 mil millones de pesos. También aparecen pagos para promover una copa de basquetbol. A mí me gusta el deporte, pero la plata de la salud no es para promover campeonatos de basquetbol ni este tipo de cosas.

Respuestas resbalosas

Y aquí empiezan las preguntas al gobierno, al ministro de Salud y al superintendente. ¿Qué ha pasado frente a todas estas irregularidades? Y debo señalar aquí, me aburre decirlo pero me toca, que las respuestas son insatisfactorias, señor superintendente y señor interventor y señor ministro. Las de ustedes son respuestas que tienen mucho de resbalosas, de guardar silencio sobre cosas. Por ejemplo, se le pregunta a la Supersalud: ¿cómo va el cumplimiento de la orden de la Superintendencia sobre los famosos 600 mil millones? Entonces él contesta: esa meta se cumplió el pasado 20 febrero sin que fuera cumplida en su totalidad por la EPS. O sea, ahí ya hay un problema grave y es que la EPS está incumpliendo. Pero entonces se le pregunta específicamente si Saludcoop ha seguido pagando plata, la que está prohibida, sirviendo las deudas contraídas con los recursos de la salud. Recordemos es que una de las prohibiciones expresas. Y la respuesta del superintendente es que él constata la abstención en la realización de nuevas operaciones de préstamo, donación, leasing e inversiones. Pero es que lo que estábamos preguntando no era sobre las nuevas, sino sobre las viejas. Claro, hay prohibición de las nuevas, pero también estaba la prohibición de atender las deudas que se habían señalado como espurias.

Ante respuestas tan insatisfactorias, en mi oficina nos ponemos a hacer un ejercicio para intentar esclarecer cuánta plata se ha pagado a lo largo de la intervención. Intervención lo que quiere decir es que el gobierno está manejando Saludcoop y el interventor es un funcionario del gobierno.

En leasing, que son formas de créditos, se terminan haciendo pagos que suman, entre 2011 y 2013, 42.802 millones de pesos. A los banqueros además, al sector financiero, les aparecen pagos por 195 mil 554 millones de pesos.

Hay un hecho muy impresionante, conocido por un mensaje que casualmente llegó a nuestras manos sobre un par de cartas que se cruzan el exinterventor, en ese momento el doctor Wilson Sánchez, con el vicepresidente ejecutivo del Banco de Bogotá. El Banco informa que las deudas van a quedar de una tal manera y el interventor le responde que acepta. Y hay una descripción detallada, lástima que no haya tiempo para mirarla con todo detalle, pero les voy a dar algunos elementos. Lo primero es que en la carta, el Banco de Bogotá le aclara a Saludcoop que estas son deudas del Grupo Saludcoop. ¡Cómo así! De cuándo acá Saludcoop y los recursos de la salud pueden ser administrados de esa manera y terminar invertidos en Cruz Blanca o en Cafesalud, o en una serie de IPS o de instituciones que pueden ser parte del Grupo Saludcoop. No, deben tener las cuentas separadas, porque es que la UPC se la da el gobierno a Saludcoop es para invertir en la salud de los colombianos y no en los negocios que pueda la EPS detentar alrededor.

El Banco de Bogotá le exige a Saludcoop comprometerse a que de la plata de los recobros que le haga efectivo el Fosyga, repito, plata de la salud de los colombianos, “la caja resultante se aplicará así: 20% para acelerar el pago de deuda financiera y 80% para el pago de proveedores”. 20 por ciento que puede no ser relativo a los asuntos de la salud, sino de los negocios indirectos que Saludcoop posee. Y los proveedores, que no solo son IPS, sino también lavadores de sábanas, o empresas de software, u otra serie de actividades no necesariamente relacionadas con gastos de la salud. En este ítem estamos hablando de 194 mil millones de pesos para pagar en los próximos años en unas condiciones específicas y no los voy a fatigar detallándolas.

También se advierte allí que de la Línea Porvenir son 17 mil 850 millones, de un fondo rotativo que hay que crear de capital de trabajo que podrá ser compartido internamente con las demás empresas del Grupo. Saludcoop aparece aquí respondiendo por platas de las demás empresas del grupo. Y el señor interventor le acepta al Banco de Bogotá todo este tipo de peticiones. Más ejemplos: Cruz Blanca, 31 mil millones; Cafesalud, 16 mil 500 millones; Work Fashion, una empresa de comidas, el Biorescate, que aparecen con esa deuda de 194 mil millones de pesos. Y se vuelve a establecer que la plata se repartirá 20% para el Banco de Bogotá y 80% para proveedores. En el mismo momento en que Saludcoop les debe más de 500 mil millones de pesos a las IPS, públicas y privadas, y en el mismo momento en que esa deuda sigue allí sin cancelarse, el interventor está firmando compromisos para privilegiar las deudas con el sector financiero.

Y está el caso de unas clínicas en las que Saludcoop hizo inversiones que son como promesas de compraventa y aparecen unos 38 mil millones de pesos. Lamentablemente, no pudimos saber qué pasaba con las inversiones y pagos en el exterior porque no se nos dio acceso. Tampoco supimos, porque esta información no nos la brindaron ni el superintendente ni el interventor, cuánta de esa plata se pagó con recursos propios, que se podría hacer, y cuánta se pagó con plata de la UPC, que no se podía hacer. Ojo con lo que estoy diciendo. Aquí había pagos que sí se podían hacer, si eran con recursos propios de Saludcoop. Enfrentamos una dificultad que se puede esclarecer.

¿Cuenta Saludcoop con recursos propios para pagar 238 mil millones de pesos? Faltándonos datos, como se dice, de otros municipios, la conclusión es que dudosamente. Porque entre el 2010 y el 2013, el lapso del que estamos hablando, Saludcoop sufrió pérdidas netas por 736 mil millones de pesos. ¿De dónde entonces podían salir los recursos para hacer esos pagos? Pero repito, aquí lo grave es que nadie, ni la Supersalud ni el Ministerio, nos dan los datos que pedimos de manera específica porque eran para el debate y nos ponen entonces a nosotros a hacer deducciones. Estoy cuestionando la posibilidad de que Saludcoop haya podido pagar esos 238 mil millones con recursos propios. Porque si Saludcoop está sufriendo pérdidas enormes, de dónde saca la plata. Alguien me podrá decir, es que tuvo ingresos operacionales por 158 mil millones de pesos. Sí, claro, pudo tenerlos, pero ¡esos ingresos operacionales no se cruzaron contra gastos operacionales? Pero aun si el ciento por ciento de esos ingresos operacionales fuera plata que tuviera Saludcoop para disponer de ella libremente, les queda un hueco de 80 mil millones de recursos que no se sabe de dónde salieron. O mejor dicho, sí se sabe de dónde, salieron de la plata de la UPC.

Y lo anterior sucede mientras siguen pendientes las deudas de Saludcoop con las IPS, que es lo que más nos duele y más nos interesa, porque son las IPS las que prestan el servicio y las que maltratan a los pacientes y a los usuarios cuando se les dañan sus finanzas. Las deudas son de 583.179 millones de pesos. Deudas, no es sorprendente, conformadas así: apenas 7 mil millones con las propias IPS de Saludcoop. Y la diferencia, 569 mil millones de pesos, con las IPS no pertenecientes al Grupo Saludcoop. Y aquí llegamos, doctor Gaviria, a uno de los líos de la integración vertical. Y es que las EPS privilegian a sus empresas, quiebran a sus competidores y de esta manera siguen concentrando poder, poder que utilizan para abusar del sistema de salud y proceder contra la gente. Porque voy a pasar a explicar cómo los propios funcionarios oficiales se ven obligados a reconocer que las IPS de Saludcoop inflan las facturas para desplumar a la EPS. No es sorprendente, porque en el caso de instituciones como estas el negocio fácil de visualizar. Yo manejo a la EPS Saludcoop y soy propietario o copropietario de un montón de IPS y manejo el negocio de tal manera que mis IPS desplumen a mi EPS, que es la plata de la salud, o sea, aprópiense la plata de la salud.

Y por esto podrán estirar caras, pero es que el Estado no cumple con el deber de llevar las investigaciones hasta donde deberían llegar. Parte del problema que afrontamos es que hay una actitud negligente, alcahuete, manguiancha del Estado colombiano en relación con las EPS, con todas y particularmente con Saludcoop. Miren ustedes, con la sutileza propia de funcionarios, como sí es cierto que las IPS de Saludcoop pueden estar desplumando a Saludcoop, porque cobrar por un servicio más de lo que debe valer es una manera de decir que están embolsillándose la plata de la salud. Es el sistema de salud el que se está resintiendo. Entonces el señor interventor en un informe sobre la restitución de la liquidez, afirma: “Lo cual sugiere revisar la estructura de operación de la empresa con empresas asociadas que podrían estar incrementando los costos producto de la intermediación y el bajo control del costo por parte de Saludcoop”. El propio interventor admite que no tiene control sobre lo que está pasando y que está preocupado y que tiene dudas en relación con lo que le están cobrando las empresas del Grupo a Saludcoop. Y agrega también en otra frase “que a la fecha se prestan servicios per capita con diferencia de costos de algunos servicios del mercado general de las EPS”. Son esas maneras sutiles de reconocer lo que estoy denunciando.

Y la señora contralora general de la República señala: “Se siguen contratando los mismos proveedores sin que se hayan hecho estudios de mercado para buscar mejores precios y alternativas, o sea que tenemos la misma estructura de costo”. Y aquí otra respuesta del señor interventor, que me parece supremamente grave, a una de las preguntas de mi oficina: “La terminación de estas relaciones contractuales implicaría, eventualmente, la insolvencia de muchas de estas empresas y su eventual liquidación, lo que generaría un detrimento en los bienes y haberes de Saludcoop”, relaciones contractuales que son entre Saludcoop y sus IPS. Lo que tenemos aquí es una EPS capturada por las empresas asociadas del Grupo. Es lo que está admitiendo el interventor. Que si él actúa como debe, corre el riesgo de que esos negocios no funcionen y que surja un problema grave. Pero es que aquí estamos hablando de las platas de la salud. Allá entre negociantes que hagan los negocios que quieran, pero aquí estamos hablando es que lo que se termina perdiendo es la plata de la salud de los colombianos.

Santos favorece a las EPS

Encuentro en el presidente Juan Manuel Santos y en el ministro Gaviria y en los demás ministros una actitud de clarísimo favorecimiento a las EPS en general y a Saludcoop. Tengo la idea de que el sistema de salud ha caído preso de los intermediarios financieros y que se vienen imponiendo desde hace mucho rato prácticas por completo inaceptables. En buena medida es la crisis de un sector donde la gente no se muere del corazón ni de los riñones, sino que las mata el sistema de salud, las matan las EPS, como dice con toda razón la sabiduría popular.

Voy a dar hechos que muestran cómo la actitud del gobierno nacional frente a las EPS y a Saludcoop no debe ser la complacencia. Ya les dije cómo el gobierno nacional no ha cumplido con las normas aprobadas aquí en el Congreso por los amigos del gobierno para ponerle algún control a este desorden. No ha cumplido. Cité varios casos que no voy a repetir. La defensa de la integración vertical por parte del ministro Gaviria es conocida. Y toda Colombia sabe que el lío que hay ahí no lo maneja nadie mientras las EPS tengan como primer criterio su propia ganancia y no la salud de los colombianos. Es que cuando un gerente de una EPS al final del año se reúne con sus accionistas, con los propietarios de su empresa, no está obligado a explicar a cuánta gente le salvó la vida o cuántas vacunas puso. Lo que le preguntan es cuánta plata ganó, si le sonó o no la caja registradora. Y si se pone a echar muchos cuentos sobre el servicio de salud, le dicen, joven, se va. Es muy parecido a lo que pasa con la guerra del centavo en los buses. Todos sabemos cómo es: los choferes de los buses se saltan todas las regulaciones porque cada vez que suben un pasajero, es plata que hace parte del almuerzo y de la comida de su familia y el chofer del bus sabe que no puede llegar a la casa y decirle a su mujer: “Mija, esta vez no hay plata para la comida porque manejé como un ángel, cumplí con todas las normas”. Porque seguro que la señora le va a decir: pues, mi querido ángel ¡a volar!, porque aquí es trayendo la plata de la comida. El mismo lío que enfrentamos aquí con un sistema montado no para la salud de los colombianos, sino para el negocio de las EPS con la salud de los colombianos, así las EPS se lo terminen comiendo todo y acabando con las IPS, públicas y privadas, con las clínicas públicas y privadas.

En la ley ordinaria de salud hubo un artículo que provocó realmente un escándalo. Fue establecer que los recursos de la UPC son públicos hasta que se transfieren desde Salud Mia a los agentes del sistema. En otras palabras, la plata de la UPC se volvía privada en el momento en que los agentes del sistema la tocaban. Es el debate en el que llevamos 25 años: si los privados se pueden robar la plata de la UPC, disfrazados con el cuento de que son para una clínica o para una ambulancia. Tan vivos, como si aquí fuéramos analfabetos y no supiéramos de qué se está hablando. Fue tan desastroso que protestó todo el mundo y al ministro Gaviria le tocó retirar el famoso articulito y decir que era que se habían equivocado. Pregunto: ¿se pueden cometer este tipo de errores a estas alturas de la vida?

También es evidente que hay una actitud del gobierno nacional y de todos sus funcionarios para ver cómo salvan a Saludcoop de pagarle al sistema de salud los 1.4 billones de pesos, de ver cómo Saludcoop no devuelve esa plata, más la nueva que haya aparecido y sobre la que estoy haciendo severos cuestionamientos en este debate. De entrada, los interventores han interpuesto recursos contra la decisión de la CGR y han contratados abogados por 11 mil millones de pesos buscando que se declare nula la decisión de la Contraloría de los 1.4 billones de pesos, decisión correcta, porque esa plata no se la podían gastar en lo que invirtieron. Y sin embargo, el gobierno nacional está viendo cómo tumba por nulidad la decisión contra Saludcoop.

Todavía más grave, el supersalud arguye que Saludcoop no es culpable, sino víctima. ¡Cómo así, señor supersalud, hágame el favor! Saludcoop se embolsilla 1.4 billones de pesos, causa toda clase de desastres y ahora resulta que le salimos a deber.

Conclusiones

Concluyamos con unas preguntas específicas. ¿Qué va a hacer el gobierno con este desastre? El sistema no funciona, se encuentra  al borde del colapso. Ha dicho el ministro Gaviria en estos días que anda tras la plata del subsidio familiar o parte de esa plata. Le digo esto, ministro: si el gobierno coge para la salud la plata del subsidio familiar, de los trabajadores, eso significa otro robo. Esa plata tiene dueño, los asalariados colombianos. En cierto sentido es también un recurso parafiscal y no lo puede arrebatar el gobierno con la argucia de que son recursos públicos. Los recursos parafiscales son públicos pero de destinación específica y especial. Tampoco me gusta la idea, ministro, se lo digo con franqueza, cuando usted dice que la reforma que se le hundió aquí en el Congreso, por fortuna para los ciudadanos, va a ver cómo la tramita mediante decretos y resoluciones. No. Lo democrático es traerla al Congreso, ponerla de cara al país, no cocinarla a las escondidas.

Y desde ya le digo que no estoy de acuerdo con que usted intente meter la reforma escondida por ahí en el Plan Nacional de Desarrollo. Los del Polo Democrático Alternativo estamos hasta la coronilla, mamados, como se dice, de ver cómo el gobierno convierte el Plan Nacional de Desarrollo en una especie de orangután descomunal en el que mete 250 y 300 artículos sobre todos los temas y nada se puede discutir. Se aprueban las peores aberraciones en ese Plan de Desarrollo, saltándose la potestad del Congreso de legislar por separado en cada uno de los temas.

Cómo va a pagar Saludcoop lo que adeuda, le pregunto al ministro. 1.4 billones de pesos, según el informe de la CGR. 600 mil millones de las decisiones del superintendente de Salud. 583 mil millones de deudas al IPS. Y el patrimonio de Saludcoop, que está produciendo pérdidas todos los años, es de 1.3 billones de pesos. Esa empresa, como otras EPS, está en causal de disolución y de liquidación. Lo que pasa es que aquí se ha venido imponiendo otra idea y es la de que los funcionarios, sobre todo los de la cúpula, cumplen con las leyes pero a la carta. Hay unas leyes que cumplen y otras que no. Y entonces, cuando las normas les señalan expresamente ciertas obligaciones, se inventan teorías para no cumplirlas, cobijados, y seguramente aquí lo van a expresar, dizque en el bien común y la utilidad pública. Violan la ley con el cuento del bien común.

Un ejemplo, que se me olvidó denunciar hace ocho días. La ley ordena expresamente que las elecciones que pasaron se tenían que haber hecho con voto electrónico. Y al gobierno no se le dio la gana de cumplir la norma y el Polo Democrático Alternativo envió cartas y elaboró derechos de petición. Y no se hicieron con voto electrónico. El gobierno nacional cometió en las pasadas elecciones un inmenso prevaricato. Algo parecido nos está ocurriendo en este caso.

En conclusión diría que las cosas están supremamente mal. Que este sector de la salud viene funcionando supremamente mal, que hay leyes que no funcionan. Que el caso de Saludcoop es escandaloso, que está por perderse esa plata, senadores y colombianos, la más grande defraudación de la historia de Colombia. Es lo que está caminando aquí, y es sobre lo que quisiera que hoy el gobierno nos dijera qué va a pasar. ¿Va a pagar Saludcoop la plata o no la va a pagar? ¿El gobierno va a tomar las medidas para que la pague o para que no la pague? Son cosas mínimas que los colombianos tenemos derecho a saber.

Termino diciendo que las respuestas de los funcionarios a los que cuestionamos en este debate, el ministro Alejandro Gaviria, el superintendente de Salud, el interventor, a mi juicio, fueron por completo insatisfactorias por todas las razones que ya he explicado. Creo que a estas alturas los tres funcionarios deberían renunciar a sus cargos, porque no responden a las necesidades que demanda el sistema colombiano de salud. Sin embargo, digamos que me voy a tomar la paciencia de esperar a oírles sus explicaciones, a ver si aquí, ante el Senado y ante los colombianos, dan mejores explicaciones que las que me brindaron en las respuestas. Pero de no darlas, mi intervención de conclusiones señalará que estos funcionarios, los tres, deben renunciar a sus cargos y que el gobierno nacional debe poner en esos lugares, digamos que no a gente enemiga de la Ley 100, porque esa es la política del gobierno, pero por lo menos a funcionarios que cumplan a cabalidad con lo que supone son los deberes mínimos de su cargo.

Réplica

Hay un hecho que me deja impresionado en este debate. Junto con el senador Corzo y con la senadora Daira Galvis, mencionamos que en Saludcoop se habían perdido 1.4 billones de pesos de plata de la salud. ¡Robados! Afirmé yo además que, según todo lo indicaba, en el lapso de intervención del Estado la EPS se había embolsillado otros 238 mil millones, y falta por ver cuánto más se va a embolsillar, porque ya el superintendente con toda frescura dijo que los contratos había que cumplirlos. Sí, los contratos hay que cumplirlos, pero no con la plata de la salud. La plata de la salud es sagrada, señor superintendente. O si no, en qué estamos.

Ya va entonces la deuda en 1.6 billones y parece que el dato no nos impresiona sino a nosotros. No oí, en general, muchas preocupaciones hoy por lo que aquí se ha estado denunciado. Probablemente, este sea el mayor asalto al patrimonio público en la historia de Colombia o que alguien me muestre uno más grande. Ha habido muchos robos en grande, también gravísimos, pero no de una magnitud de este tamaño. Me parece entonces muy grave que sobre este en particular se guarde silencio, que se despache con toda frescura que Saludcoop sigue pagando deudas con dineros de la salud, lo que está expresamente prohibido por la decisión de la Superintendencia de Salud de 2010. Gravísimo me parece y más aún que eso no inquiete al señor ministro ni lo lleve a producir ningún comentario de valía. Y que no nos anuncien, además, que lo ocurrido en Saludcoop debe ser un indicio para investigar a las demás EPS.

Aquí lo que sucedió es que distinguidísimos abogados de Colombia se inventaron la manera de asaltar la plata de la UPC y de pasarla directamente al patrimonio propio violando la naturaleza parafiscal de esos recursos. Se parece mucho al caso de la Altillanura. Algún abogado de alto coturno se inventó eso que llaman un “producto”, o sea, una manera de violar la ley mediante argucias y manipulaciones. Me preocupa y me lleva a ratificarme en la idea de que el señor ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y el señor superintendente de Salud, deben renunciar a sus cargos, independientemente de las concepciones ideológicas que defiendan. Deben renunciar porque no le ofrecen al país la garantía mínima que debe brindar un alto funcionario para defender los recursos públicos y todavía más los recursos de la salud. Y me preocupa que los interventores de Saludcoop se estén moviendo a ver cómo tumban el fallo de la CGR, auspiciado valerosamente por la doctora Sandra Morelli. ¿Es así cómo van a sanear las finanzas de Saludcoop? Tumbando al patrimonio público, tumbándose la plata de la salud de los colombianos. ¿Es así cómo van a sanear un negocio privado? ¿Qué tipo de economía es esta a la que estamos asistiendo en Colombia?

Y ahora qué se hace con Saludcoop. Ustedes tomarán las decisiones. Pero lo cierto es que la intervención ya va para largo, lo ha dicho el propio superintendente, y por lo que se ve va a ser todavía más larga aún, porque a quién le van a devolver ese asunto y cómo es que lo van a devolver. Aquí hay problemas de una gravedad inaudita. Dejemos solo los 1.4 billones, asumamos que ahí están los 600 mil millones de la sanción de la Supersalud, súmenles los 238 mil millones que, según el gobierno lo acepta, se están gastando de manera indebida, súmenles el medio billón de pesos de deuda a las IPS y estamos hablando de mucho más de 2 billones de pesos. Cómo lo van a resolver ustedes, quisiera saberlo. Pero además, y lo dijo la contralora Morelli, Saludcoop ha incurrido en todas las causales de liquidación. No la liquiden si no quieren, son decisiones que ustedes tomarán. Pero la verdad es que el problema es extremadamente grave. Y si lo que se va es a organizar apunta a dejársela a los mismos que han manejado a Saludcoop, el premio va a ser que el Estado salga a rescatarlos, el premio va a ser que aquí no pasó nada, que se perdieron 1.6 billones de pesos y que hay que mirar hacia un lado o buscarse un chivo expiatorio para evadir las responsabilidades. Pueden hacerlo, pero no les va a quedar fácil legalmente transferirle plata del Estado a un ente privado. Y pregunto: sin transferirle plata del Estado cómo es que van a hacer el rescate de una institución que se está hundiendo. No son hechos que me invento. El problema de las matemáticas es que son tozudas.

Si esta posibilidad está allí, como lo planteó la contralora Morelli, y se debería debatir con seriedad, habría que empezar por advertir que no se haga catastrofismo que no corresponde con los hechos. Aducir que si la entidad se liquida, hay que coger afiliado por afiliado a ver donde se afilia es una falta de rigor analítico que no se puede permitir en un nivel de discusión como el que estamos teniendo. Todos sabemos que las cosas no son así, y que unos pasan de un sitio a otro dependiendo de las determinaciones. Y que se pueden tomar decisiones que garanticen que no va a haber un desorden bajo los cielos, para usar esa figura, y que los trabajadores no van a perder sus empleos. Abordemos el debate con seriedad, porque o si no, me entra la sospecha de por qué ese sesgo analítico, por qué se van descontando de plano soluciones que han funcionado en otros momentos y en otras instituciones. Quién es el que está interesado en distorsionarlo todo, cuáles son los grandes que se mueven para que este lío se resuelva tan solo en una determinada dirección. Estas son preguntas que los colombianos y en particular los polistas nos estamos haciendo.

Concluyo insistiendo en que el ministro de Salud y el superintendente de Salud deben renunciar y permitir que lleguen otros funcionarios que hagan las cosas menos mal de cómo ellos lo han venido haciendo.